Respaldo a la dictadura de 50 años en Cuba.

La visita de Michelle Bachelet a La Habana, en visita oficial, puede interpretarse de muchas maneras. Por ejemplo y por tratarse de la primera visita de un presidente chileno después de la realizada por Salvador Allende (1972), este reencuentro podría entenderse como la recuperación de lazos y relaciones diplomáticas, con los consiguientes beneficios que una apertura así conlleva, mejores tratados económicos y mayor intercambio entre ambas naciones. Podría también verse como un avance de Cuba en recibir a mandatarios que administran naciones que viven en un Estado de Derecho, ante lo cual se estaría entregando una buena señal al mundo de que la nueva administración de Cuba busca una apertura importante y conciliadora.

Pero no. La visita de Michelle Bachelet no sólo llevó al suelo cubano a una mandataria que representa una nación democrática, libre y soberana, sino que también llevó a una mujer que sufrió el rigor y dolor de la persecusión y muerte de su familia a manos de un gobierno totalitario, como lo fuera el régimen militar.

Su padre, Alberto Bachelet, General de Brigada en la Fuerza Aérea de Chile, fue detenido y recluido en la Academia de Guerra Aérea, bajo la acusación de "traición a la patria". Posteriormente fue trasladado a la Cárcel Pública, donde el 12 de marzo de 1974 y a consecuencia de las torturas padecidas en prisión, tuvo un infarto cardíaco que le provocó la muerte

El mediodía del 10 de enero de 1975 dos agentes de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional)se presentaron en el departamento de Michelle donde vivía con su madre. Fueron trasladadas con los ojos vendados a un lugar indeterminado que resultó ser la Villa Grimaldi, el principal centro de torturas de ese organismo.

Allí las separaron y sometieron a nuevos interrogatorios y apremios físicos. A su madre la llevaron a "la torre" y a ella la ubicaron en una pieza con camarotes, junto a otras ocho presas. Días después las trasladaron al centro de detenidos de Cuatro Álamos, donde permanecieron hasta fines de enero.

Una vez en libertad viajaron a Australia - donde vivieron con su único hermano desde 1979 -, en carácter de exiliadas. Después se trasladaron a la República Democrática Alemana. Allí Bachelet estudió alemán, en Leipzig, para luego proseguir medicina en la Humboldt Universität, de Berlín.

Verónica Michelle Bachelet Jeria, con 20 años de edad y en compañía de su madre doña Ángela Jeria, cumplieron un exilio que duraría cuatro años.

Hoy, la misma mujer que sufrió los horrores de una dictadura, visita un país atrapado por un gobierno que, a punta de armas y fuego (1959), se apropió del poder. Fidel Castro (82), último de los líderes históricos del comunismo, renunció hace un año al poder, entregándoselo a su hermano Raúl Castro (77). El régimen continua.

Dictadura, totalitarismo, presos políticos, desaparecidos, asesinatos, disidentes perseguidos. Eso es y ha sido Cuba.

Nuestra presidenta, por lo que tanto lucho y sufrió en el exilio, con su visita a Cuba no hizo sino respaldar los 50 años de esta dictadura y sus prácticas.
Posted on viernes, febrero 13, 2009 by El Autor and filed under | 0 Comments »

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