A cargo de la operación se hallaría el inefable Yehude Simon Munaro, un tránsfuga político y "ex premier", como ridículamente denomina el alanato a quien ostenta el cargo de presidente del Consejo de Ministros. De ser efectivo, les espera una muy difícil tarea a los chicos de Burson-Marsteller encargados de lavar la imagen de alguien que, sistematicamente, y bajo cuerdas ha propiciado la explotación irresponsable de los recursos petrolíferos, la deforestación, la contaminación del aire y de las aguas en la Amazonía y que ha enviado tropas a reprimir ferozmente a quienes legítimamente defienden sus tierras ancestrales de la rapiña y la expoliación. Un señor que, privilegiendo un tratado de libre comercio con los EEUU, ha violado flagrantemente la declaración de la ONU y el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo en materia de pueblos indígenas y tribales, ambos oportunamente firmados por el Perú.

Todas las personas tiene derecho a albergar el sueño que quieran, unos querrán ser bomberos, otros papas, cada quien con lo suyo. Pero esta supuesta aspiración de Alan García nos resulta una grave falta de respeto a la inteligencia del jurado que otorga este prestigioso galardón de relevancia mundial. Y una ofensa a la humanidad entera. El gobierno de Alan García, haciendo abuso de poder político y con el sólo propósito de favorecer intereses económicos nacionales y transnacionales, ha generado un desborde social incontenible y permitido el asesinato de indígenas, al tiempo que manda a una muerte casi segura a los policías que ejercen tareas de resguardo.

Estos actos, considerado por muchos como crímenes contra la humanidad, el engolado García ha intentado justificarlos mediante unos despliegues retóricos de tribuno amante de la paz y de enemigo declarado del armamentismo (mientras compra armas), toda una falsa imagen que se cae a pedazos de solo mirarla. Una imagen infumable, en fin, gracias a la cual ya se pronostican deserciones masivas entre condenados engatusar a la Academia Sueca con las "bondades" de este paladin de la armonía regional y la justicia, porque hiede a mentira y a muerte, pese a los millones de dolares involucrados en el operativo comunicacional.

Desde estas modestas líneas afirmamos, enfáticamente, que si alguien merece un premio en el Perú, ése es Alberto Pizango, héroe del pueblo amazónico y presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana.

(Antonio Gil)